La figura del samurái ha sido idealizada excesivamente por el cine y otros medios de comunicación, de manera que la imagen que se percibe de ese tipo de guerrero conlleva muchas inexactitudes de carácter casi mítico. Entre ellas un apego tan estricto a un código de honor que rebasa un tanto la que, al fin y al cabo, era la función del samurái: guerrear. Por supuesto persiguiendo la victoria, y si para ello tenía que recurrir a técnicas poco caballerosas lo hacía ¿Alguien se imagina a un samurái soplando un polvo cegador sobre los ojos de su oponente? Pues ése era un recurso recomendado en un misterioso manual de combate del siglo XVI que acaba de ser traducido: el Rollo de la Espada.
No se sabe la fecha exacta en que fue escrito pero sí hay cierta idea sobre su autor: un samurái llamado Yamamoto Kansuke al que la iconografía suele representar tuerto y cojo, sosteniéndose con una naginata (una especie de alabarda nipona) y que es famoso por haber liderado la victoria del clan Takeda contra el ejército de Uesugi Kenshin en la llamada Cuarta Batalla de Kawanakajima, en septiembre de 1561. Kansuke nació en 1501, probablemente en Ushikubo, una localidad de la provincia de Mikawa, que estaba gobernada por el clan Imagawa. Sigue leyendo